19 febreiro, 2014

Novidades: El ingenioso hidalgo...

Las ilustraciones, de Gustavo Doré, pasables.
 
Inserta esta novela en las corrientes del «boom» hispanoamericano (la fantasía de Clavileño es un típico recurso de García Márquez), resulta excesivamente prolija y morosa, especialmente cuando se trata de hacer hablar a los protagonistas, un loco de Ciempozuelos y un campesino, sin interés real. Es evidente que el autor los pasea por la Mancha y otros lugares con objeto de describir el paisaje (queda muy por bajo de Pereda), trayendo a colación personajes y acontecimientos que por su misma distorsión niegan su realidad y destruyen en el lector el afán objetivo de conocer. El autor, que a todas luces carece del poder creador necesario para mantener durante muchas páginas la acción de sus protagonistas, incluye en el libro historias que no tienen nada que ver, como la de Marcela y otras, que distraen y desvanecen la línea o argumento. El gusto por los arcaísmos es otro defecto de una novela más bien mediocre. Las ilustraciones, de Gustavo Doré, pasables. 
Albertina.


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